"Nunca hubo un monumento de cultura que no fuera un monumento de barbarie. Y así como la cultura no está exenta de barbarie, no lo está, tampoco, el proceso de transmisión de la cultura. Por eso, en la medida de lo posible, el proceso histórico se desvía de ella. Considera la tarea de comprenderla como un cepillar de la historia a contrapelo" WALTER BENJAMIN

lunes, 27 de julio de 2009

Argentina mira hacia adentro



Todos crecimos escuchando aquel anhelo de la unión nacional y la tan remanida frase “somos todos argentinos” como una gran red que nos cubre a todos y nos hace partícipes de un mismo proyecto de vida. La bandera, el himno, los símbolos patrios y los próceres han torneado desde los primeros años de organización nacional el sentimiento de pertenencia al país y a sus valores principales. Si bien la constitución geopolítica está instalada y aceitada en gran parte de sus estamentos, el germen de la nacionalidad sigue sin tener la suficiente fuerza al día de hoy.

A lo largo del territorio argentino pueden observarse pequeñas rencillas que se suscitan, pero en el pináculo de los enconos se encuentra la Ciudad de Buenos Aires, la Capital Federal o esa ciudad a la que todos culpan de haber crecido exponencialmente a costa de las riquezas producidas y arrancadas de los otros lugares del país. Esta suerte de magalópolis, por lejos la ciudad más poblada y más grande de la Argentina si se suman los dos cordones industriales de la Provincia de Buenos Aires que ofician como una continuación de la ciudad portuaria, es el destino obligado de todos los caminos, de todas la vías férreas y de la gran mayoría de los vuelos internacionales. Una especie de puerta de entrada y de salida a nuestro país.

Buenos Aires siempre creció mirando a Europa más que a su pertenencia autóctona, de estas pampas fueron arrasados los pueblos originarios para que no hubiera rastros de los primeros habitantes, la ciudad crecía y se nutría de un país al que cultural y políticamente siempre pareció darle la espalda mientras se fascinaba con las luces de París. Es cierto que como ciudad más importante de Argentina nunca pudo representar cabalmente a su nación y eso contribuyó al desarrollo del recelo por parte de los otros habitantes del país.

Pero es menester ir un poco más allá en el análisis. Es verdad que la joven Buenos Aires creció súbitamente sobre otras ciudades ya instaladas y mucho más importantes en ese tiempo como Córdoba o Tucumán, y que su ubicación geopolítica resultó fundamental para el comercio que en esos tiempos se transportaba en barco exclusivamente. Pero también es claro que el mapa económico de la Argentina no fue trazado justamente por compatriotas y la ingeniería de transportes es Made in England y su lógica nunca respondió a los intereses de los habitantes de la nación sino a sus los mezquinos intereses de la corona británica.

Por otro lado, mucho se ha hablado de la coincidencia de los países etnocentristas con una gran megalópolis que concentra toda la estructura productiva, económica y habitacional; y su participación dentro de la repartición de la riqueza mundial, junto con su nivel de desarrollo. Algo así como mostrar a los países emergentes con esta disposición geográfica y a los países con un mayor grado de desarrollo con una distribución más equitativa de la población y de las variables económicas entre sus ciudades. Hoy, esta explicación huele a naftalina si comienzan a tomarse para el análisis casos como Brasil, que es una de los países más industrializados y convive con el polo de San Pablo con esas características.

Es por eso que la forma de comunicarse de un porteño en otras partes de Argentina suele ser tomada a mal o tener cierta crispación ante algún comentario sobre temas locales. La realidad indica que a la hora de denostar a un hombre o mujer de Buenos Aires, la historia económica, social y cultural ofrece aristas para echar mano y comenzar a demonizar cualquier actitud.

Esta y otras tantas costumbres populares parecen tener que ver con una cuestión de crecimiento alrededor de los años. Argentina es apenas un adolescente convulsionado ante otros países con más historia y con los mismos problemas gestacionales que los argentinos en su momento. Sí es verdad, también, que Buenos Aires ha dejado de mirar a Europa en los últimos años y, por distintos factores históricos, todos los argentinos comenzamos a mirarnos en lo profundo y buscar las raíces de nuestra forma de vida y de lo que significa ser argentino. Como se puede ver a partir de este pequeño recorrido histórico, todo será una cuestión de tiempo.

miércoles, 22 de julio de 2009

Los políticos en el día del amigo


La principal actividad que se plantea cada año para el día del amigo (o la semana del amigo para que dure más el consumo) mucho más que los regalos o los mensajes del colapsado sistema de telefonía celular, son los mails o las cartas recordatorias que uno suele mandar a quien considera amigo para compartir un día tan especial. El problema se suscita cuando esta tan inocente actividad la quiere encarar un político y debe esforzarse en recordar cual fue amigo y ahora no lo es, o a cual mandarle porque en breve lo volverá a ser. Pero como el periodismo también es servicio, bien vale este pequeño recordatorio para quienes ejercen esta actividad en el país.
En primer lugar debería uno remontarse a la suma de todas las amistades/odios del país. Esta amistad comenzó en 1987 aproximadamente y duró lo que dura una campaña electoral y algunos meses de mandato compartido. La referencia alude a quienes en algún momento supieron dividir las arcas del país y, a su manera, supieron ser los hombres más fuertes a lo largo de la década del ´90: Carlos Menem y Eduardo Duhalde. Es realmente raro, pero habiendo escrito libros juntos y habiéndose fundido mas de mil veces en un abrazo peronista en campaña, no parece de extrañar que en este día no se acuerden uno de otro.
De un modo parecido, Felipe Solá estará en un embrollo cuando quiera despachar las esquelas correspondientes al día del amigo. En un principio debe haber pensado en quien lo hizo participar por primera vez en el Ejecutivo Nacional, el ex presidente Menem; pero corrió mucha agua bajo el puente. En segunda medida en quien lo llevó a la gobernación interina de Buenos Aires, pero su pasaje al kirchnerismo también desgastó la relación. Entonces, debe mandarle una esquela a Néstor Kirchner, la respuesta sigue siendo no. Las circunstancias del tratamiento de la normativa 125 y el pasaje a la oposición de Felipe, crearon un abismo entre él y las huestes del ex presidente. La realidad es que debería forzar un recuerdo para este día a sus nuevos aliados que poco lo tienen en cuenta Mauricio Macri y Francisco de Narváez. Aunque, pensándolo bien, tal vez sea astuto de su parte mandarle una pequeña esquela a Duhalde para limar asperezas con miras a una nueva fórmula peronista opositora que incluya a la nueva estrella “justicialista” De Narváez.
También se encuentra en un brete la diputada electa Elisa Carrió, que arrastra conflictos cada vez que se conmemora la Revolución del Parque y el nacimiento de la UCR. Lilita ya no tiene del todo claro si en la carta de felicitación incluir el término correligionario, no sabe si nombrar alguna de las fuerzas a las que perteneció o pertenece, o bien si le queda algún aliado o amigo para felicitar. Si bien su Coalición con la UCR parecía fructífera, su fama de piantavotos sumada a la mala elección que realizó en la Ciudad de Buenos Aires, hizo que tanto Cobos en un principio, como Gerardo Morales y Margarita Stolbizer con la excusa del diálogo con el gobierno después, abandonaran su espacio y se diferenciaran claramente. Tal vez en el despacho de Lilita se ahorre mucho papel, cosa que le va a venir bien a su compañera Patricia Bullrich si quisiera saludar a cada uno de los partidos o gobiernos que integró.
Y en otro rincón se encuentra el ex presidente Néstor Kirchner, quien increíblemente a principios del año pasado hubiera colapsado todas las impresoras de la sede del Partido Justicialista con las felicitaciones y las conmemoraciones para sus amigos. Gobernadores, intendentes, militantes, personas ilustres de la historia del partido, en fin, centenares y centenares de cartas dirigidas a todo el país. Este día del amigo, Kirchner estará más acotado en sus correspondencias, aunque no parece que sean pocas y estará pensando en quienes fueron amigos por conveniencias en épocas de gobernador o de quien impulsó su carrera a la presidencia cuando nadie conocía demasiado sus ideas. Con este último es poco probable que haya saludos pero si la continuidad de ese pacto de no agresión que se juramentaron en 2003 y que los lleva a jugar a las declaraciones fuertes y las desmentidas todo el tiempo.
Por todo lo demás, esta no va a ser la primera ni la última alianza, amistad y marcha atrás de ella. Todo depende de los motivos, los movimientos de poder y algunas situaciones de conveniencia que tenga la política. Por lo pronto, el día del amigo seguirá su curso y habrá más novedades de cara a 2011.