"Nunca hubo un monumento de cultura que no fuera un monumento de barbarie. Y así como la cultura no está exenta de barbarie, no lo está, tampoco, el proceso de transmisión de la cultura. Por eso, en la medida de lo posible, el proceso histórico se desvía de ella. Considera la tarea de comprenderla como un cepillar de la historia a contrapelo" WALTER BENJAMIN

sábado, 15 de enero de 2011

Definiciones de oposición


¿De qué hablamos cuando hablamos de oposición? ¿Qué es oponerse a algo o a alguien? ¿Qué se entiende por oposición constructiva o destructiva? ¿Se puede construir mientras se ejerce la oposición? Se hace muy difícil responder a estas consultas al tener como puntapié de esta nota una palabra con tantos significados a la vez. Oposición puede ser tomado desde distintas aristas, por ejemplo en el ajedrez se utiliza cuando los reyes están enfrentados y separados por una casilla. No tan parecida a la realidad política argentina como la anterior, la definición desde la astronomía se habla de dos cuerpos que se encuentran con respecto a la tierra diametralmente opuestos. En la selección de personal, incluso se usa el término cuando se encuentran distintas personas en proceso de selección para un puesto. Y por fin se puede encontrar la definición desde la política, que a grandes rasgos habla de fuerzas legislativas que son contrarias a las acciones del gobierno oficialista y que suelen ser antagónicas al espectro político del partido en funciones de administración.
Si de hilar fino se trata, cada una de las definiciones le aporta un poco de luz a la concepción que hoy se vislumbra en la Argentina del campo político partidario y las elecciones que se vienen en 2010. Ajedrecísticamente hablando, aquel viejo bipartidismo enfrentado con la casilla Argentina mediante ha sufrido una transmutación y se ha diversificado en distintas agrupaciones o alianzas cuyos integrantes, al fin y al cabo, responden claramente a alguna de esas dos ideologías base, con sus fracturas internas incluidas. Tal vez mediante una torre o un buen alfil, los reyes siguen teniendo la última palabra.
La astronomía aporta la definición de diametralmente opuestos, algo que en el Congreso de la Nación puede notarse y que no es una de las mejores contribuciones a la joven democracia argentina que sus representantes pueden hacerle. Desde el debate de la resolución 125 en adelante puede observarse uniones y desuniones de diputados y senadores que nada tienen que ver entre sí a nivel ideológico, pero que sin embargo unen fuerzas con el solo objetivo de vetar leyes propuestas por el Poder Ejecutivo. Visualizar a antiguos enemigos acérrimos como Menem y Carrió, Rodriguez Saá o Ernesto Sanz, sin olvidar la mano invisible de Duhalde, unidos para votar o vetar leyes que hacen al funcionamiento de un Gobierno elegido por el pueblo, hace pensar un poco si es verdadera la representación que el pueblo depositó en ellos. No parece ser justo que alguien que votó a Solanas vea con buenos ojos una alianza parlamentaria con los integrantes del Peronismo Federal. Por otro lado el oficialismo entiende que ante estas circunstancias, la mejor forma de ayudar al Ejecutivo es cerrar filas y no dar el debate que tal vez se necesitaría para mejorar leyes perfectibles que pueden ayudar mejor a la tarea de la Presidenta. Es decir la que definición política está bien, pero no como lo puede esperar un votante promedio.
Sin embargo, el problema que deberá enfrentar la oposición de aquí a las presidenciales de Octubre tiene que ver con la historia y cómo se ubicarán de allí hacia el futuro. Todos y cada uno de los participantes de la oposición fueron partícipes de una manera u otra en los fatídicos gobierno que se sucedieron entre 1989 y 2003. Algunos como titulares del proyecto trunco y el vaciamiento del menemismo, otros con el naufragio de la tan mentada Alianza o con los hechos de violencia e inseguridad proveniente del Estado en 2002. Esta historia sumada a la tibia reacción cuando gran parte de la sociedad empieza a sospechar de lazos con los grupos de poder y los grandes medios hegemónicos, el panorama no presenta un cielo despejado para ellos. Si a eso le sumamos que las armas que esgrime como “gobierno autoritario”, “modelo económico agotado” o “perpetuación en el poder” parecería que la oposición utiliza el mecanismo de defensa psicológico de proyección, donde uno califica al otro como realmente se ve a sí mismo. Habrá que ser demasiado creativo para poder levantar esta campaña electoral e intentar un cambio en este gobierno nacional. El 2011 comienza y la campaña promete ser para alquilar balcones.