jueves, 25 de junio de 2009
Mensajes de campaña
La objetividad no existe. El que no tiene la certeza, lo intuye y el que carece de ambas puede tender a descreer de las intenciones de alguna aseveración incómoda. Lo cierto es que nadie habla, escribe o mira objetivamente, sino que cualquiera de sus funciones mentales y motrices son el resultado de su historia, de su medio, de la clase social a la que pertenecen, su nivel de educación y las formas de proceder aprendidas desde niños. Para graficar mejor esta definición es necesario proponer un juego, juntar diez personas a ver el mismo hecho en una esquina y luego preguntarle a uno por uno qué fue lo que ocurrió. Para sorpresa del investigador, nadie contará el hecho con las mismas palabras y detalles. Es que las situaciones percibidas por los sentidos son primero conceptualizadas por el cerebro y luego pasan a ser contadas, por lo tanto esa percepción del mundo hace que el circuito no sea directo y mute en esa conceptualización.
Quienes se dedicaron a estudiar temas como este, han encontrado formas de comunicar de tal manera que, bajo ciertos términos al parecer inocentes, se pueden emitir mensajes de manera sesgada y sin tener la necesidad de hacerlos evidentes. En la presente campaña existen algunos de esos términos, en principio inocentes, que guardan algún mensaje que a simple vista no se detecta pero que el cerebro sí lo toma.
Un primer foco de análisis se puede centrar en las piezas publicitarias del PRO, que obedecen a la consigna de no agredir a ningún candidato y sólo realizar propuestas. Pero es curioso el caso del spot de la ex vicejefa de Gobierno, Gabriela Michetti, cuando describe a un hombre que le grita a uno desde la televisión ¿qué te pasa?¿estás nervioso? La obvia referencia al ex presidente Néstor Kirchner lleva otra connotación bien diferenciada: el mensaje equipara al diario Clarín con el hombre común al que está dirigido el mensaje. Por un lado plantar en un puesto de igualdad al diario con las personas y por otro presentar a Kirchner como el personaje horrible y gritón (buscan posicionarlo como autoritario) que vocifera sus maldades por televisión. Entonces aquí se avizora que la propuesta de no agresión del PRO, comienza su lento naufragio.
Por otro lado, y algunas de las declaraciones de la verborrágica Elisa Carrió también son plausibles de estudio. Más allá de contraposiciones ideológicas como “vamos a robar en la provincia” cuando la campaña de sus hombres en la Provincia de Buenos Aires orbiten alrededor de la honestidad y el cambio; el discurso del Acuerdo Cívico y Social (ACyS) comenzó a unirse al de su líder política para asemejar a Kirchner con la catástrofe, aunque en sentido contrario al candidato a diputado del justicialismo oficial. El ACyS habla de una devaluación de moneda y una crisis en consonancia con lo que ocurre en el mundo a partir de las elecciones, dejando la semilla de la discordia en el adelantamiento de las elecciones porque la situación no llegaba a la primera fecha estipulada en Octubre. Los comicios con antelación, más la explicación del Gobierno que no tiene una contundencia en el convencimiento de los motivos, hace que el escenario que desliza Carrió no parezca a priori descabellado su razonamiento.
Unión PRO tiene también una pieza publicitaria muy interesante, cuando el aspirante a diputado Francisco De Narváez (que también dice que no agredirá a ningún candidato de otro partido) dice: “Tenemos un plan de seguridad en contra de los delincuentes y no a favor”. Aparte de pensar quién instauraría un plan de seguridad a favor de los delincuentes, esta frase apunta directamente a una visión ideológica muy fuerte sobre el respeto a los Derechos Humanos que profesa el Gobierno. Respetar los procesos de los acusados y el principio de inocencia parece ser tomado como algo malo y que libera a delincuentes. Seguro que los argentinos nos debemos una debate sobre la seguridad, las leyes y el funcionamiento de la justicia, pero suena peligroso tratar de renunciar a algunos valores.
El otro punto versa sobre las propuestas. Si bien el Gobierno Nacional impuso agenda para que el 28 de Junio se plantee la disputa entre dos modelos de país, cada uno de los candidatos, sea del partido que sea, lleva propuestas mucho más abarcativas a la tarea que deben desarrollar en el Congreso. Se comienzan a extrañar los viejos proyectos con los que llegaban los políticos de los 80 a los debates televisivos, aunque en algunos casos esos discursos encierran las verdaderas aspiraciones que tiene cada uno de los personajes. Para algunos casos podemos dar nombre, apellido y cargo: Narváez quiere ser gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Kirchner va por la presidencia, Macri y Carrió lo mismo, Michetti quiere suceder a Macri en la Jefatura de Gobierno, para gobernar Buenos Aires también se anotan Alfonsín y Stolbizer y el mayor proyecto del oficialismo para la Ciudad de Buenos Aires, Carlos Heller también encierra un futuro de Jefe Comunal.
Existen muchos más casos, casi como publicidades se encuentran el televisión. Simplemente se debe tener cuidado con lo que uno habla, escucha o reproduce; porque sin quererlo o inocentemente puede estar siendo portador de un discurso que no quiere llevar o de intereses a los que se es ajeno.
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